Cafe Fortuna
Café Fortuna
Pequeño y como escondido en un sótano, solo visible para aquellos que gustan de los lugares especiales y poco comunes, donde la imaginación hace de las suyas y transporta en el tiempo, el Café Fortuna de 28 y 3ra, guarda ese encanto de los sitios que encierran recuerdos de épocas pasadas. Especializado en comidas y bebidas ligeras, se caracteriza por precios módicos y un ambiente acogedor. Como su nombre lo indica la oferta estrella de la casa es el café en sus diferentes variantes, calientes o fríos a toda hora el visitante puede degustar la tan cubana bebida.
Una visita casual nos llevó hasta sus puertas para degustar una merienda ligera a media mañana. Luego de ordenar un delicioso café negro, que nos sedujo solo con el agradable aroma que inundaba el local, decidimos probar una malteada y un sándwich de jamón y queso. El servicio atento se dirigió hacia nuestra mesa, o mejor, hacia nuestra máquina de coser Singer, para tomar la orden y sugerirnos las ofertas de la casa.
Otras veces había visitado el lugar, pero nunca había reparado en los singulares objetos de la decoración. Un samovar ruso y gran número de cámaras fotográficas reciben al visitante que como a un museo entra sin conocer cuanta historia hay tras esos muros. Atrae del exterior un simpático cocotaxi que funge las veces de asiento para los clientes y que identifica el café entre los asiduos a sus espacios.
Perteneciente al Grupo Palmares, el Café Fortuna no es uno de los grandes restaurantes que abundan en la ciudad, por el contrario, es uno de esos pequeños espacios que nos gustaría compartir con los amigos a cualquier hora del día, confiados de su intimidad y confort. No resalta por una oferta gastronómica relevante ni un servicio capaz de dejar sin aliento, todo lo contrario, su gran mérito está en la sencillez y espontaneidad que allí se respira.
Marisel Morejón Barbán Coordinadora Guía Excelencias Cuba.
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