La Máquina
La Máquina
Una remembranza a las antiguas y siempre fieles máquinas de coser Singer es el nuevo local de la calle Muralla entre Cuba y Aguiar. La Máquina, una pequeña cafetería con encanto donde las mesas nos recuerdan a nuestras abuelas, donde los antiguos aires de una calle comercial reviven a través de atractivas ofertas gastronómicas y una singular decoración. La entrada, llamativa desde la lejanía, muestra un simpático cartel adornado por una máquina en miniatura, que constantemente hace el sonido característico de estos implementos.
La oferta gastronómica es variada, aunque breve, fundamentalmente conformada por hamburguesas, entrepanes, bebidas ligeras, cervezas y algunos postres. La atención quizás un poco descuidada y falta del entrenamiento propio que otorga la experiencia, a su manera, es bastante buena. Lástima que los camareros aún no saben cuánto esperar por la orden a la llegada del cliente sin incomodar. Nuestra orden fue sencilla, una hamburguesa de la casa y jugos naturales. La cercanía de la plancha con el salón provoca que el ambiente, por momentos, se vea invadido de humo.
Nuestra estancia fue corta, a pesar de algunos de estos inconvenientes, el lugar es agradable y en medio de su entorno resulta un oasis donde comer algo de calidad unas cuadras más arriba de la Plaza Vieja. Impresiona del salón un pequeño cartel dedicado a la historia de las máquinas de coser y las pizarras donde, con descuido, se colocan las ofertas del día con posits. Da gusto ver como se revitaliza la calle Muralla desde la Plaza Vieja hasta su nacimiento en Egido con pequeños cafés y cafeterías retomando sus aires de antaño.
Marisel Morejón Barbán Coordinadora Guía Excelencias Cuba.






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