Colombus

Colombus
Ubicado en uno de los hoteles más emblemáticos de Cayo Santa María, el Restaurante Italiano Colombus es en mi opinión el mejor de los que posee el Meliã Las Dunas. Con servicio de calidad y una bella ornamentación que despierta el apetito desde el primer momento, se caracteriza por el trato personalizado para con los clientes, que dudo en algún caso salgan insatisfechos. Nuestra primera visita fue, por así decirlo, nuestra cena de bienvenida al hotel. Sin apenas haber entrado ya un camarero nos esperaba en la puerta para dirigirnos a la mesa, reservada con antelación por cortesía de la administración. Fuimos atendidos por dos camareros que en un abrir y cerrar de ojos nos proporcionaron todo el confort necesario para disfrutar de una buena cena. Sin demoras llegaron a la mesa las cartas del restaurante y la de vinos, acompañadas de la invitación a degustar del antipasto que ofrece el restaurante a manera de bufet en el centro del salón. Vegetales, quesos, y embutidos de diversa clase, además de salsas y panes componían la oferta. Mientras que en la mesa había sido colocada una excelente focaccia para acompañar el antipasto elegido. De los vinos mucho se puede decir, pues la variedad de caldos existentes era considerable, destacándose los procedentes de Bodegas Torres, entre los que elegimos un tempranillo elaborado a partir de vides syrah. La carta poco extensa ofrecía algunas delicias de la cocina italiana entre las que extrañé los deliciosos canelones y raviolis. Para degustar algo verdaderamente italiano elegí una lasaña boloñesa que fue servida sin demoras, con una temperatura perfecta y exquisito gusto. Esperé el plato ansiosa por probar lo que me había recomendado la camarera como una de las especialidades de la casa. Nunca antes había degustado en un restaurante un plato como este, en el que el gusto a nuez moscada, la textura perfecta de la bechamel y la adecuada cocción de la pasta armonizaban con la calidad de la carne, en la que por suerte no encontré ninguna desagradable sorpresa. Asistidos por un excelente vino, mis acompañantes y yo disfrutamos de una agradable cena en la que además de lasaña, probamos el risotto y la atractiva preparación de cortes de carnes que ofrece el restaurante. Los variados postres llegaron para endulzar la velada, tiramisú, panna cota, helados con creps, y helados aderezados con frutas confitadas fueron las propuestas que degustamos, solo con la acotación de cierto exceso de azúcar en la elaboración. La agradable estancia que tuvimos en este restaurante nos hizo repetir la visita en nuestra cena de despedida del hotel, lo que considero una elección adecuada, pues de todos los lugares visitados fue este el que más nos satisfizo. Sin dudas el buen trato y la agradable ornamentación, además de la exquisita gastronomía hacen de este uno de los restaurantes más concurridos del sitio. Especial mención y agradecimiento merece el servicio sin el cual este lugar no fuese más que otro entre los muchos de este hotel. Marisel Morejón Barbán Coordinadora Guía Excelencias Cuba.